lunes

Tu árbol

¡Bienvenida primavera!

Se que no es martes, pero hoy ya es primavera, aunque el Corte Inglés haga semanas que lo anuncia, jeje, así que para los nacidos el día de hoy, hago un especial "Tu árbol".

Para vosotros, vuestro árbol, es el Roble.

El Roble, es sinónimo de valentía, las personas nacidas bajo esta influencia son robustas de naturaleza, valientes, fuertes, les gusta la independencia, aunque sensibles y le disgustan los cambios.

En uso terapéutico da buenos resultados bañar en té de roble los pies y las manos dañados por congelación. En decocción, para los ojos inflamados y para las quemaduras.



 



Me voy ya, no sin antes felicitaros y dejaros con este texto sobre el Roble Sagrado:

Así ocurrió cuando la pobre Dríope, recogiendo flores para su hijo, vio correr la roja sangre; de repente se convirtió en árbol debido a la ira de una ninfa a la que sin querer hirió, y en vano intentó correr, ya que echó raíces en el suelo, sintió que su voz se debilitaba y siendo fueron sus últimas palabras la petición de que el niño jugase bajo la sombra de sus ramas. De otras muchas doncellas desventuradas se cuenta que sufrieron el mismo destino, como Dafne, que como laurel escapó a la persecución de Apolo; o como Filis de Tracia, desposada con Demofonte, hijo de Teseo, que cuando éste se retrasó en demasía se suicidó de desesperación y se trasformó en árbol, santificado por su poderoso amor.
Temerario fue el crimen y el castigo de Erisictón, que imprudentemente taló un enorme y venerado roble sagrado de Deméter, en honor de la cual las dríadas de pies ligeros bailaban alrededor de él cada noche. Un gigante era entre los árboles, elevándose sobre sus fieles; de sus anchas ramas colgaban guirnaldas como señal de gratitud a la diosa benefactora. Ese presuntuoso patán ordenó a sus sirvientes cortarlo y, cuando dudaron de miedo, él mismo cogió un hacha para dar el primer golpe, gritando: «¡Si fuese la misma diosa, su árbol se quedaría en la tierra!»
De la corteza monstruosa salió un profundo gemido como s sintiese el golpe; las hojas se tornaron pálidas; las ramas temblaron y gotearon sudor; la sangre fluyó del tronco por cada herida. Los horrorizados espectadores inútilmente intentaron que Erisictón tirase el hacha. Él golpeó de muerte al que sujetaba su mano y animaba a sus esclavos en su impía tarea, hasta que al final el roble sagrado cayó con el eco de un estruendo ahogado por la voz de la ninfa que vivía allí.






Deméter se apresuró ante los lloros de las dríadas del bosque, la diosa no fue sorda a sus plegarias de venganza para el destructor. Envió a la ninfa Hambre de los desiertos helados del norte, y a esa figura flaca la encargó atormentar la vida de Erisictón. Ya que, cansado de su trabajoso día, estaba tumbado soñando con grandes banquetes, Hambre se cernió sobre él e insufló en sus partes vitales una locura de insaciable avidez.
Se despertó hambriento y cuanto más devoraba más hambriento se sentía., como si cada bocado añadiese aceite a la llama de su apetito. En vano se cubría su mesa con toda la fruta de la tierra, con la carne de todo animal que corría, y nunca podría tomar lo suficiente para calmar esa avidez que le atormentaba día y noche. Cuando tenía hambre, inútilmente se esforzaba por llenarse. Así las dríadas se vengaron, mientras que su querido árbol iba a alimentar los fuegos de la cocina, que no ardían con tanta rapidez como él devoraba.
«¡Más, más!», eran sus palabras, si alguna vez tenía que esperar un momento, ya que la comida no le dejaba hablar.
El hombre rico no tardó en convertirse en pobre. Tuvo que vender sus tierras, sus bienes, su casa, y todavía la glotonería se apoderaba de él como un buitre. Llegó el día en que no tenía nada más que su hija, que también vendió como esclava para comprar comida con el dinero que le dieran por ella. Y este recurso pudo prolongarlo gracias al favor de Poseidón, que le había otorgado el poder de transformarse en la figura que quisiera. Una vez en manos de su amo, ella podía escaparse en forma de un caballo, una vaca, un ciervo, un pájaro, y hacerla regresar a su hambriento padre para que la vendiera y otra vez hacer el mismo truco con otro comprador.
Pero al final sus trucos se agotaron, la historia no dice cómo, y el pobre hombre no tuvo otra cosa que devorarse a si mismo, consumiéndose en menos tiempo que le había llevado talar el roble sagrado. Así que él se echó a perder miserablemente, pero su nombre existe como un aviso para los hombres a quienes no les importan lo que quieran los dioses.


Texto recogido del blog de Aurora Bitzine

8 comentarios:

Nacha dijo...

me has dejado alucinada con todo lo que sabes!!
de verdad! me muero de ganas de que llegue mi arbol!
muchos besos!
feliz semana

ART TOY GAMA dijo...

Bienvenida la Primavera... ¡sí! Hay que ver lo rápido que pasan las Estaciones...
Y qué interesante todo lo del Roble... Hoy Día Mundial Forestal...

Sergio y Cristina&Mageritdolll

Allanna uth Sameth dijo...

El Roble es un árbol que siempre me ha gustado. Siempre pensé que mi signo correspondía a él hasta que descubrí que era la Higuera.

Te deseo una feliz primavera Gretel ^^ Que tus flores y proyectos crezcan con plenitud

olivia dijo...

Un gran arbol el roble, feliz primavera.
Besos.

charlotte dijo...

felicísima primavera!!! me encanta todo esto de los árboles...

Silvia dijo...

Precioso árbol y qué de cosas encierra.

Besos.

Elena Catalán dijo...

Sí te interesan los significados de los arboles pasate por mi web de mitología comparada en concreto en este capitulo hablo del beth-luis-nion y de las uniones cielo tierra.
http://www.verbogeometrico.com/6uniones.htm

Lorena 3Ch dijo...

=D estoy maravillada!!! tremenda historia!!Estoy feliz de conocerte!!!
Besosss y Feliz primavera.